Horrible partido el que jugamos ayer en la piscina del Pez Volador ante el Real Canoe C. Elegimos el peor escenario ante el peor rival para ausentarnos de la competición. El resultado, 10-1. Más claro imposible. La consecuencia: es muy difícil sentirse orgulloso hoy o sacar algo positivo del encuentro de ayer. Hay días en que parece que lo mejor es no levantarse.
Comenzó el encuentro con ritmo apagado, lo que claramente
beneficiaba a los locales. Sin apenas cambios y con una plantilla cuya media de
edad casi dobla la de nuestro equipo, a los del Canoe les interesaba un partido
pausado, en estático, con mucho movimiento de balón y con transiciones lentas.
Intentamos darle ritmo al encuentro, pero claramente no era nuestro día. Miradas
apagadas, esfuerzos en vano, lanzamientos en posiciones desfavorables y un
movimiento de balón muy lento no presagiaban un gran partido de nuestro equipo.
El primer cuarto dejaba
Real Canoe C
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10
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González, Delgado (1), Jiménez (1),
Antonio, Arranz, Mora (1) y Santaella (3); David (1) y Fran (3)
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CW. Valdepeñas
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1
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Cifu, Álvaro, Ojeda, Pincho, Javi, Ricky
y Chete; Nicola, Edu (1), Alberto, Manu,
Fernández y Nandis
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El segundo cuarto siguió con un guion similar. Partido muy
placentero para los locales, que movían con acierto y seguridad en el perímetro
mientras que en defensa no pasaban apuros. Los árbitros no nos daban ni una
falta cerca de los 5 metros y en la boya el juego se iba endureciendo sin
consecuencias positivas para nuestros intereses. El juego fue subiendo en
intensidad, pero siempre controlada por los del Pez Volador. Comenzaron a
llegar las exclusiones para los locales, lógica consecuencia a su excelente
juego en la boya, y así, en dos superioridades, llegaron dos nuevos goles. Al
descanso 4-0. Apenas inquietábamos a su portero (aunque nos anularon un gol y
dimos dos palos) y en defensa comenzábamos a pasarlo mal.
El tercer cuarto fue algo más igualado. El cansancio
comenzaba a igualar a los equipos. Aun así, los locales seguían marcando el
ritmo del partido. Edu nos daría esperanzas con su gol, lo que pensamos que
pudo ser el punto de inflexión del encuentro, el agua en la cara que nos
hiciera despertar y comenzar a competir. Pero más bien fue un paréntesis en el
monólogo local, que en los últimos minutos del cuarto anotó dos nuevos goles
para llevarse también este parcial por 2-1.
Sin respuestas, afrontamos el último cuarto con demasiadas
dudas, que sumadas al cansancio que supone ir por detrás en el marcador y ver
que no salía nada, nos llevó a cometer demasiados errores atrás. Teníamos claro
que si queríamos tener opciones de sacar puntos del Pez Volador teníamos que
cambiar el chip y el sentido del partido. Comenzamos a agitar mucho más el
juego y a jugar ataques a la desesperada. No funcionó. Este Canoe sabe jugar al
waterpolo y ante un equipo negado cara al gol, que además decidió dejar huecos
atrás, se pusieron las botas con cuatro goles a la contra. Al final 10-1.
¿Alguna duda? Ni era nuestro día ni nuestro partido.
Ha sido un duro golpe moral a un equipo que venía crecido
tras la gran 1ª jornada de la liga castellano manchega. Creo que tenemos
potencial para competir en este tipo de partidos y aspirar a vencer en piscinas
tan complicadas y ante equipos tan experimentados. Lo mejor del partido de ayer
es que ya se acabó y en unos días será un amargo recuerdo; algo de lo que
aprender.
La próxima semana volveremos a jugar en la piscina del Pez
Volador ante el Real Canoe D, equipo también de categoría máster, que en la 1ª
fase nos venció en un polémico partido en el último segundo. Esta semana
entrenaremos muy fuerte para, en primer lugar intentar demostrar que somos
mejores que ellos y que sin los árbitros no nos habrían ganado en la primera
vuelta; y en segundo lugar para lavar la pobre imagen que dimos ayer. Sé que
saldremos adelante y que todos los equipos tienen malos días a lo largo de las
temporadas. Confiemos en que nuestro peor partido ya ha pasado.
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